Caminando sin Rumbo por la Argentina. Bandera de Argentina.


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En Buenos Aires, capital de la Argentina. Foto 2003.
Argentina
Caminando sin rumbo

En el sur vive un coloso; un coloso muchas veces presentado en tanto esplendor que llega a aparentar ser arrogante y fiero. Una cultura tan dinámica que cuando la vida se agrava, como en su economía durante estos últimos meses, los ciudadanos recurren a medidas drásticas y algo dramáticas. A ese coloso le llaman la Argentina, pero definitivamente no es la Argentina que nosotros visitamos en noviembre del 2002.


En el centro de la Argentina, no muy lejos de la ciudad de Córdoba.

La Argentina que tuvimos la suerte de conocer es un país de personas amables, respetuosas y alegres. En ningún momento hubo un desaire hacia nosotros, todo lo contrario, la regla sin excepción fue una acogida afectuosa en todas partes. Y la despedida, ¡oh la despedida! no pudo ser mejor. Porque hay veces que tiene que suceder lo improvisto para ver el verdadero lustre, y así fue, a la Argentina la vimos brillar en toda su belleza, y de veras que es encantadora.

Por alguna razón nuestro vuelo de regreso desapareció. Nadie sabía que sucedía, simplemente la aerolínea no efectuaba el vuelo que nuestros boletos indicaban. Tres días antes habíamos verificado el vuelo con la agencia de viajes y todo estaba perfecto hasta ese entonces, bueno hasta que llegamos al aeropuerto el día del viaje. Fue en medio de esa incertidumbre bochornosa donde Argentina, sin tener nada que ver con lo que ocurría porque ni siquiera la aerolínea era argentina, se ganó todo nuestro respeto, admiración y cariño. ¡Qué ironía! pero así es. Argentina personificada en una joven llamada Valentina, del servicio de ayuda al viajante del Aeropuerto de Córdoba, se enfrentó a nuestra eventualidad. Removió cielos, mares y tierras mientras un ejercito de oficiales se alineaba tras de ella y lo que de verdad nos capturó fue que todo esto mientras con una sonrisa y muy segura de sí misma nos calmaba. Ya nosotros ni nos acordamos del asunto; lo que aun no nos explicamos es ¿Cómo fue que Valentina logró hacernos reír en medio de tanto enojo? ¡Qué gran talento, increíble! y es que aplica lo que ella nos dijo al sugerir nosotros que nunca habíamos perdido un vuelo “¡Siempre hay una primera vez!”.


Una de las tantas vistas hermosas en las sierras de Córdoba, al centro de Argentina.

Este viaje fue de una semana a Córdoba. Aun no hemos logrado llegar a Buenos Aires, llevamos dos años y varios intentos tratando de ir pero ya llegaremos, ni a muchas otras ciudades y lugares de Argentina que queremos conocer. Aunque no es justo generalizar, sí decimos con confianza que es un país lleno de sorpresas agradables para el caminante. Decimos esto porque viajamos a las sierras de la provincia de Córdoba y visitamos varios pueblos en esa región. En todas partes había algo típico, alguna sorpresa inesperada, algún detalle nunca visto antes por nosotros, y siempre una cordialidad y deseos de complacer al forastero poco común. Dichosos, tal vez, pero fueron demasiadas las atenciones para dejarlo en las manos de la casualidad. Sucedió un hecho. En el hotel que nos hospedábamos nos encontramos con un señor y su hijo de Buenos Aires los dos. Después de cinco minutos conversando nos despedimos, el señor y su hijo nos estrecharon las manos con un fuerte apretón y nos dijeron “¡Suerte, Querido!” ¡Qué afecto tan grande hacia un desconocido, un momento inolvidable!

Existe una duda que al menos tres personas compartieron con nosotros durante nuestra visita a Argentina. Esta duda viene envuelta de admiración y es hacia los Estados Unidos, su gente y su bandera. Para aclarar esta duda que tal parece muchos tienen, a nuestro entender no es cierto que es requerido que en las películas de cine y obras similares estadounidenses tenga que aparecer la bandera nuestra. No, eso no es cierto. Lo cierto es que la gran mayoría de las personas que vivimos en los Estados Unidos le tenemos un afecto muy grande a nuestro país y a nuestra bandera, pero no hay leyes ni requerimientos que nos obliguen a tenerles ese afecto. Lo cierto es que la ley, por resolución de la Corte Suprema, le concede el derecho a todo ciudadano de hacer lo que desee con la bandera y es ahí donde radica la belleza de nuestra bandera. En saludo a aquellas personas que nos hicieron esta pregunta, con todo respeto, presentamos la bandera de su país ondeando libre en el aire así como posiblemente lo hacemos con la nuestra en algún lugar de Damisela.com u otros sitios hermanos.


Caminando sin rumbo se honra en saludar a la Argentina.

Otro tema que también surgió en más de un lugar y por varias personas diferentes fue la Guerra de Las Malvinas. De acuerdo a tales conversaciones, que no fuimos nosotros quienes las empezaron, es nuestra impresión que muchos argentinos se sintieron abandonados por el resto del mundo. Fue un momento muy triste para muchos que aun se recuerda. Bueno, no vamos a entrar en detalles porque no nos agrada ni la política ni la guerra y estimamos que es un entrometimiento nuestro hacerlo. Pero después de asegurar que sí volveremos a caminar por la Argentina, cerramos esta presentación con una foto del monumento en Córdoba en honor a los argentinos que en tal guerra, aun sintiéndose que luchaban contra el mundo, defendieron sus ideales.


Monumento a los combatientes de Las Malvinas. En Córdoba, Argentina.


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Última Revisión: 1 de Marzo del 2005
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